El Pueblo De Carlos Rojas fue establecido a orillas del primitivo camino real de la Habana a Santiago de Cuba en el año de 1765. Se le denominó "Cimarrones" pues en sus montes vírgenes se ocultaba un gran número de esclavos prófugos, estableciendo allí sus aldeas o "palenques".
A sólo seis kilómetros (3.7 Millas) de Jovellanos está el pueblo de Carlos Rojas, al cual muchísimas personas guardan especial cariño, respeto y devoción. Me honra ser parte y de haber nacido en este Pueblo.
Pequeño en extensión territorial y demográfica posee larga y rica historia. Se le reconoce con vida propia desde 1765 en que se designa con el nombre de Cimarrones* porque en sus tupidos y abundantes bosques se refugiaban los esclavos que huían de las crueldades a que les sometían en los numerosos ingenios y trapiches, fincas y plantaciones cañeras de la región central de la que posteriormente se denomina provincia de Matanzas.
En el año de 1819 se construyó la iglesia que se elevó a la categoría de parroquia al crearse dos años más tarde la capitanía pedánea. El seis de septiembre de 1879 se creó el ayuntamiento que llevó una vida lánguida por su carencia de recursos económicos.
Se convierte en municipio con su ayuntamiento en 1879. En 1902 se le suprime ese rango para restituírsele en 1910. Por aquel tiempo se le cambia su nombre por el actual en homenaje al general de división del Ejército Libertador Cubano, el destacado patriota Carlos Rojas Cruzat, quien nacido en Cárdenas, combatió en repetidas ocasiones contra fuerzas españolas en la zona de Cimarrones durante la Guerra de Independencia.
En 1975 se le vuelve a quitar la jerarquía de municipio, su poblado cabecera y gran parte de su territorio pasan y se mantienen hasta hoy bajo la jurisdicción de Jovellanos.
Carlos Rojas fue tierra de independentistas. Basilio Tosca, hacendado de Cimarrones, se unió a Narciso López cuando éste desembarcó en Cárdenas en 1851. En aquellos años no fueron pocos los cubanos oriundos de esta zona que conspiraron contra el colonialismo español y durante la Guerra de 1895 se hizo notoria la presencia mambisa en sus alrededores con incontables hechos de armas y otras acciones.
Alfredo Nodarse Nodarse, nacido en Cimarrones en 1869, alcanzó el grado de Teniente Coronel del Ejército Libertador y se destacó, entre otros, en los combates de Mal Tiempo, Coliseo, Calimete, Diana, Guamacaro y Río de Auras a las órdenes del Generalísimo Máximo Gómez Báez y a las de su Lugarteniente General, el Mayor General Antonio Maceo Grajales.
Hijos de este pueblo son personalidades relevantes de la cultura nacional, entre ellos: Juan Bruno Zayas Jiménez (1825-1895), brillante médico que perteneció a la Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de La Habana; Ricardo del Monte y Rocío (1828-1909), publicista y crítico eminente; Casimiro del Monte y Portillo (1838-1887), poeta, literato, ilustre intelectual; María Collado, nacida en 1886, notable escritora y periodista; el famoso escultor Juan José Sicre Vélez, (1898-1974), del cual sobresalen entre sus obras el Monumento al Soldado Invasor levantado en Mantua; el extraordinario monumento a José Martí en la Plaza Cívica (después llamada Plaza de la Revolución), y el busto a Simón Bolívar en la Plaza de la Fraternidad en el parque de igual nombre en la ciudad de La Habana.
Hasta el presente, muchos otros sobresalen como maestros, médicos, intelectuales, deportistas y en otras esferas. Pero son muchísimas más las personas sencillas y humildes, trabajadoras, que de manera callada y anónima aportaron, aportan, engrandecieron y engrandecen las riquezas materiales, morales, espirituales, patrióticas y religiosas de Carlos Rojas.
La primera cámara municipal al restablecerse el ayuntamiento estuvo integrada por los señores Fabián Borrego, José Sosa, Alejandro Hernández, Santiago Álvarez, Nazario Santurtun, José Peñalver, José Rivas, José M. Batista y Gregorio Gómez. Este consistorio se encargó de dar posesión al señor Baldomero Álvarez Barbot quien fuera nuevo alcalde del reinstaurado municipio.
Consistorio de Carlos Rojas:
Presidente: Antonio Vega Grande Secretario: Carlos Rodríguez Delgado Concejal: Aurora Fuentes Sánchez Concejal: Guillermina Cabezón Pérez Concejal: Josefa Alvarez Pedroso Concejal: Antonio Morales Ramos Concejal: Juan Rodríguez Domínguez Concejal: José Antonio Sánchez Roque Concejal: Juan Sánchez Rodríguez
Empleados que desempeñaron cargos en la administración municipal de Carlos Rojas (Cimarrones) al constituirse su ayuntamiento en 1910.
Secretario contador: Arturo Fierros Oficial de secretaría: Aurelio Solé Tesorero municipal: Bernardo Rives Escribiente: Isolina Porte Secretario territorial: Pedro Álvarez Conserje ordenanza: Segundo Velázquez
Jefe De La Policía: Manuel Nodarse
Policías: Manuel Hernández Anastasio Nodarse Ricardo Maynoldi Juan Prieto Pedro Terán
El ayuntamiento de Carlos Rojas (antiguamente Cimarrones) fue segregado del de Jovellanos. Ascendió su primer presupuesto a la suma de $10.477.86. En el ejercicio de 1923 a 1924 fue de unos $22.512.58 Al hacerse el acta de arqueo verificado en 31 de enero de 1924 contenía la caja de la tesorería municipal $15.600.72 por distintos conceptos, no encontrándose pendiente de pago obligación alguna.
En sus fértiles tierras regadas por varios ríos se criaba ganado, producían con abundancia viandas, arroz, frutos menores y mucha caña de azúcar que se molía en los Centrales Carolina (Granma) y Santa Amalia (Victoria de Yaguajay), ambos en la actualidad desarmados o desactivados, como la gran mayoría de los Centrales Azucareros de la República de Cuba. Años atrás mi país fue el principal exportador de azúcar del mundo y paradójicamente, desde hace algún tiempo, importa el dulce producto para abastecer precariamente el consumo nacional.
La población se triplicó según los datos censales entre los años 1899 hasta 1953. La información pública disponible de los censos más recientes no se desglosa, abarca en su conjunto a Jovellanos. De cualquier modo presumo que en la etapa más reciente este crecimiento sea mucho más lento, pues es la tendencia general en el desarrollo de la población cubana según los reportes oficiales.
Carlos Rojas tiene muy buenas comunicaciones terrestres. Enlaza hacia el el norte, por carretera, después de pasar por el caserío de San Joaquín, con el antiguo Central “Progreso” (“José Smith Comas”), que también está desactivado y según la clasificación oficial se utiliza como museo. De ahí se toma el Circuito Norte y enseguida se llega a Cárdenas, de inmediato tenemos a Varadero. Es un recorrido total de unos 30 kilómetros. Hacia el sur, también a través de vía pavimentada, muy cerca está Jovellanos y ahí enlaza con la Carretera Central hacia todo el país. Cuenta con otros caminos en buenas condiciones que lo unen a diferentes bateyes y caseríos como Olimpo, San Pablo y Tosca. Muy cerca, hacia el oeste, se construyó un embalse que represa las aguas de algunos ríos que corrían libremente por la zona. Desde la segunda mitad del siglo XIX está unido por ferrocarril a Cárdenas y Jovellanos.
Es un pueblo muy parecido a incontables sitios del interior del país. Muchas de sus casas tienen paredes de madera o de piedra de canto o ladrillo unidos por mezcla de arcilla y arena, con alto puntal cubierto de tejas. Algunas con paredes de concreto y techo de placa. Abundan las viviendas con amplios portales.
Antes de 1959 la mayoría de sus calles estaban asfaltadas. En la parte central de la villa se destaca la que se nombrara Martí y antiguamente se le llamara calle Real; a sus orillas el parque y varias dependencias y establecimientos, entre ellos, la Oficina de Correos y Telégrafos y al lado el Policlínico, el Liceo o Círculo Social, la Farmacia de Cabrera, las bodegas de Martiniano y la de Fraga, la Iglesia Bautista, la carnicería de Omar Jiménez, así como numerosas casas de familias.
Le sigue en importancia la calle Máximo Gómez. En ella se localizaron, entre otros, el Juzgado, la Jefatura de la Policía, el Bar de Cano, la carnicería de Papito Terán, la quincalla de Jorge Chaluja, los salones de la Logia Mazónica, el Cine viejo (desaparecido) y el nuevo (aun existe). Una de las aceras a orillas del parque da a esta calle y en el # 79 de la misma, en humilde casa de madera y techumbre de tejas, vivieron por años los Nodarse-Jiménez; otras familias habitaron o habitan las múltiples casas situadas a los lados de esta vía.
En la esquina sureste del cruce perpendicular de Martí y Máximo Gómez, casi frente al parque, estuvo el Bar de Paquito. En la esquina noroeste existió la Tienda de Ropa de los hermanos Chaluja, destruida por voraz incendio un día de los años finales de la década del 50. Este hecho provocó gran conmoción y puso en peligro a las casas colindantes aunque no causó otros daños. En ese espacio se construyó posteriormente una entidad gastronómica que se denominó Comedor Popular.
Un lugar que aprecian los carlosrojenses desde hace muchísimos años es el hermoso parque de que disponen en el centro del pueblo, con el busto al Apóstol José Martí , el pequeño obelisco dedicado a las Madres y numerosos bancos que disfrutan la sombra de sus frondosos árboles. Es un sitio bonito, agradable, tranquilo.
Es Carlos Rojas en la actualidad un poblado que pertenece al municipio de Jovellanos en la provincia de Matanzas.
Tenía el territorio municipal de Carlos Rojas alrededor de 200 kilómetros superficiales y una población de cerca de 12.000 habitantes en 1941. Formaba parte del partido judicial de Cárdenas. Limitaba con los municipios de Cárdenas, Máximo Gómez, Jovellanos, Pedro Betancourt y Guamacaro. Pertenecían al término los caseríos de Tosca y Madan paraderos del ferrocarril de Matanzas a Jovellanos y los barrios de Carlos Rojas, Toscano, San Joaquín y Capote.
La cabecera del término era Carlos Rojas contando con una población hacia 1941 de aproximadamente 3000 habitantes. Disponían de alumbrado eléctrico, acueducto, estación ferroviaria, jefatura de sanidad, correos, telégrafos e importantes centros sociales, culturales y comerciales. Distaba de Cárdenas 21 kilómetros, de la ciudad de Matanzas 61 y de La Habana 148. Los principales ríos que atravesaban la zona cuando era esta término eran el "Cimarrones", el "Tosca" y el "Siguanea".
A mediados del siglo XX el municipio de Carlos Rojas llevaba una vida económica bastante lánguida pues solo se cultivaban la caña de azúcar y algunos frutos menores. La iniciativa privada permitió la instalación de un molino de arroz viniendo a ser un alivio y ventaja para muchos cultivadores de este grano. Con el incremento de las siembras de determinados productos de consumo local y nacional renació la esperanza de bienestar en muchos términos.
Atravesaban el municipio varias líneas de ferrocarril entre ellas las de Cárdenas, Matanzas y Jovellanos. Los dos centrales azucareros existentes en la zona eran el "Carolina" y el "Santa Amalia". Aseguraban estos la subsistencia de los vecinos del lugar.